lunes, 29 de julio de 2024

Tuberculosis: ¿Qué hay que saber hoy?

 Autor/a: Dres. Alimuddin Zumla, Mario Raviglione, Richard Hafner, C. Fordham von Reyn N Engl J Med 2013;368:745-55.

A pesar de un tratamiento barato y efectivo, la tuberculosis (TBC) sigue generando millones de casos de enfermedad activa y muertes a nivel mundial. Afecta en forma desproporcionada a las personas más pobres, tanto en los países de altos ingresos como en los países en desarrollo. Sin embargo, los últimos avances en el diagnóstico, medicamentos y vacunas, como así la mejor implementación de las intervenciones ya existentes, han favorecido la atención médica y el control global de la TBC.

Epidemiología

En 2011 había 8,7 millones de casos nuevos de TBC activa en todo el mundo (13% de los cuales estaban asociados a la coinfección con el virus de la inmunodeficiencia humana [VIH]), y 1,4 millones murieron, incluyendo 430.000 pacientes infectados con el VIH, lo que representa una escasa disminución del número pico de mediados de la década del 2000.

Se ha calculado que hubo 310.000 casos incidentes de TBC resistente a múltiples fármacos, causados por organismos resistentes, al menos a la isoniazida y la rifampicina, entre los pacientes informados como tuberculosos en 2011. Más del 60% de esos pacientes eran de China, India, Federación Rusa, Pakistán y Sudáfrica.

Un total de 84 países ha informado casos de TBC ampliamente resistente a los fármacos, un subgrupo de TBC multirresistente que también es resistente a todas las fluoroquinolonas más cualquiera de los 3 fármacos antituberculosos inyectables, kanamicina, amikacina y capreomoicina.

El África subsahariana ha mostrado las tasas más elevadas de TBC activa por persona, impulsada principalmente por la epidemia de VIH. El número absoluto de casos es más elevado en Asia, mientras que India y China tienen la carga más grande de enfermedad, en términos globales. En EE. UU. y la mayoría de los países de Europa occidental, gran parte de los casos ocurre en residentes de origen extranjero e inmigrantes recientes de países con TBC endémica.

Patogénesis

La fuente de Mycobacterium tuberculosis se halla en los pacientes con TBC pulmonar activa. En más del 90% de las personas infectadas con M. tuberculosis, el patógeno se encuentra en estado latente, en forma asintomática. Estudios recientes han mostrado que es posible que algunas personas adquieran y eliminen la infección aguda con M. tuberculosis.

Se calcula que el riesgo de enfermedad activa para el resto de la vida es de aproximadamente 5%. Se estima que unos 2 mil millones de personas en todo el mundo  tienen infección latente y están en riesgo de reactivación. La infección latente reduce el riesgo de reinfección por la exposición repetida, mientras que la TBC activa se asocia con mayor riesgo de un segundo episodio de TBC en la reexposición.

Las cepas resistentes de M. tuberculosis provienen de mutaciones cromosómicas espontáneas, las que ocurren con una frecuencia baja predecible. La presión de selección está causada por la mala selección de fármacos antituberculosos, la monoterapia y el agregado de fármacos únicos a regímenes que han fallado, lo que da como resultado la emergencia de mutantes resistentes (resistencia adquirida). 

La transmisión de tales cepas resistentes a otra persona puede provocar infección y finalmente la enfermedad (resistencia primaria). En varios lugares, especialmente donde la prevalencia de VIH es elevada, se han documentado brotes de infección resistente altamente fatal. La existencia de TBC totalmente resistente a los fármacos todavía requiere confirmación. La incapacidad para detectar la resistencia farmacológica da lugar a la prescripción de regímenes inapropiados, la falta de respuesta terapéutica, una mortalidad creciente y la posterior transmisión de TBC resistente.

Manifestaciones clínicas

Las manifestaciones clínicas clásicas de la TBC pulmonar son la tos crónica, la producción de esputo, la anorexia, el adelgazamiento, la fiebre, los sudores nocturnos y la hemoptisis. La TBC extrapulmonar ocurre en el 10 al 42% de los pacientes, dependiendo de la raza o la etnia, la edad, la presencia o ausencia de otra enfermedad subyacente, el genotipo de las cepas de M. tuberculosis y el estado inmunológico. Esta TBC, que puede afectar muchos órganos, ha variado y tiene manifestaciones proteiformes, por lo que requiere un elevado índice de sospecha.

Los pacientes con TBC activa y coinfección con VIH presentan un desafío especial para el manejo clínico. El riesgo de TBC activa aumenta rápidamente luego de la infección con VIH y en este estadio, las manifestaciones de la TBC pulmonar son similares a las de las personas VIH negativas. Con un recuento de CD4 <200/mm3, la presentación de la TBC puede ser atípica, con infiltrados tenues, derrame pleural, linfadenopatías hiliares y otras formas de TBC extrapulmonar (50% de los pacientes).

Cuando el recuento de CD4 es <75 /mm3, los signos pulmonares pueden estar ausentes y la TBC diseminada, siendo sus manifestaciones las de una enfermedad febril crónica inespecífica, con compromiso orgánico y  micobacteriemia, y lo que es más frecuente, con una elevada mortalidad precoz; también se ha descrito la enfermedad policlonal. Tales casos pueden ser diagnosticados erróneamente como otra enfermedad infecciosa y a menudo el diagnóstico correcto solo se hace con la autopsia.

Un cuadro común de la TBC asociada a la infección con VIH es la TBC subclínica asintomática, con hallazgos negativos en el esputo y la radiografía de tórax, y con cultivos positivos, como se observa en el 10% de los casos de regiones donde la TBC es endémica. En estas regiones, la TBC activa es subdiagnosticada en casi el 25% de los pacientes que consulta al médico por infección por VIH. Por lo tanto, se recomienda hacer estudios de detección de la TBC en todos los pacientes con infección por VIH, con el fin de identificar la enfermedad activa y antes de comenzar el tratamiento preventivo con isoniazida del resto.

La presencia de cualquiera  de alguno de los siguientes síntomas, tos, fiebre, sudores nocturnos o adelgazamiento, tiene una sensibilidad  del 80% para identificar a los pacientes a quienes se deberá seguir investigando, aun en regiones de bajos recursos. En las zonas donde la TBC es altamente endémica se recomienda hacer el cribado proactivo de la enfermedad ya que en los pacientes con infección por el VIH o con enfermedades no comunicables (diabetes mellitus y enfermedad pulmonar crónica relacionada con el tabaco) pueden superponerse a la TBC subclínica.

Diagnóstico

Infección latente
La detección y el tratamiento de la infección por M. tuberculosis están indicados para los grupos en los que la prevalencia de la infección latente es elevada (por ej., extranjeros procedentes de regiones donde la TBC es endémica), las personas con riesgo elevado de reactivación de la enfermedad (por ej., pacientes con infección por el VIH o diabetes, y los pacientes que recibieron inmunosupresores) y, los pacientes con ambos factores  (por ej., contacto reciente con pacientes tuberculosos).

La infección latente puede ser diagnosticada mediante la prueba cutánea de la tuberculina o un análisis de liberación de interferón γ. Para detectar la infección latente por M. tuberculosis en diferentes edades y grupos de riesgo, las guías específicas de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU., el Instituto Nacional de Salud y Excelencia Clínica en el Reino Unido (NICE) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control  de las Enfermedades recomiendan el uso de ambos estudios. La prueba cutánea de la  tuberculina es más barata y  por lo tanto es de preferencia en las regiones de bajos ingresos. Es tan sensible como el análisis de liberación de interferón γ, pero menos específica.

Tuberculosis activa
En la actualidad, los métodos estándar para el diagnóstico de TBC activa recomendados son la microscopía del esputo y el cultivo en medio líquido. En los países de bajos recursos, el cultivo en medio sólido es más rentable. El ensayo de liberación de interferón γ y las pruebas cutáneas de tuberculina no tienen ningún papel en el diagnóstico de TBC activa.

Estas evaluaciones se pueden complementar con las pruebas de amplificación del ácido nucleico, las imágenes y el examen histopatológico de las muestras de biopsia. Se calcula que en los lugares con recursos limitados y una elevada prevalencia de TBC e infección por VIH, el 30% de los pacientes con TBC y más de 90% de los pacientes con TBC multirresistente y ampliamente resistentes no son diagnosticados.

Una prueba nueva de diagnóstico molecular llamada Xpert MTB/RIF detecta el complejo M. tuberculosis en
2 horas, con una sensibilidad mucho mayor que la sensibilidad de la microscopia del frotis. En los pacientes infectados por el VIH, la prueba tiene una tasa de detección un 45% más elevada, comparada con el frotis. Este ensayo molecular tiene el potencial de mejorar el rendimiento de los programas nacionales de TBC y actualmente se hace en los laboratorios distritales de 67 países con una prevalencia elevada de TBC. Está disponible en Europa y pronto será aprobado en EE. UU.

Tuberculosis farmacorresistente
El estándar actual en los antibiogramas de fármacos de primera línea es un sistema automatizado de cultivo en medio líquido que tarda de 4 a 13 días en dar resultados. Los análisis moleculares con líneas de sonda que hay en el comercio pueden dar resultados en 24 horas, una vez que han sido validados con cultivo automatizados en líquido.

El ensayo Xpert MTB/RIF, en 2 horas informa sobre la resistencia a la rifampicina; esta resistencia también representa la multirresistencia de la TBC en ámbitos donde la prevalencia de resistencia medicamentosa es elevada, ya que la resistencia a la rifampicina en ausencia de resistencia a la isoniazida es infrecuente. El ensayo ha sido modificado para reducir los resultados positivos falsos con respecto a la resistencia a la rifampicina.

La OMS recomienda que para confirmar la resistencia a la rifampicina y la sensibilidad de los aislados de M. tuberculosis a otros fármacos, además del antibiograma estándar se realice el Xpert MTB/RIF. Otras pruebas de detección de la resistencia a los medicamentos son la observación microscópica (MODS) del antibiograma, el análisis de la nitrato reductasa y, los métodos colorimétricos para la reductasa.

El MODS permite detectar al mismo tiempo la presencia de M. tuberculosis, sobre la base de la formación de cordones y la resistencia a la isoniazida y la rifampicina. Como la mayoría de estos métodos no está disponible actualmente en los países donde la TBC es altamente endémica, se estima que en todo el mundo solo se diagnostica el 10% de los casos de TBC multirresistente y que solo la mitad de ellos recibe el tratamiento adecuado.

Tratamiento

Infección latente
Las personas con infección por M. tuberculosis que tienen un riego mayor de TBC activa requieren tratamiento preventivo. El régimen de preferencia es la isoniazida sola durante 9 meses, o más si la persona está infectada con el VIH en zonas donde la prevalencia de TBC es elevada.

En la actualidad, en los adultos sin infección por VIH de los países con una baja carga de TBC, la administración bajo observación directa de isoniazida + rifampicina, 1 vez por semana durante 12 semanas, ha mostrado ser tan efectiva como la isoniazida sola.  Este régimen se asoció con menos efectos adversos graves que el régimen de 9 meses de isoniazida sola, aunque la discontinuación del tratamiento por fenómenos adversos fue más común.

Actualmente la OMS recomienda que todas las personas infectadas con VIH o con resultados desconocidos de la prueba cutánea de tuberculina, o que no sufren TBC activa y viven en países de escasos recursos y elevada prevalencia de la enfermedad reciban tratamiento preventivo con isoniazida durante al menos 6 meses. Existen 3 regímenes efectivos para la prevención de la TBC activa en personas infectadas con VIH: isoniazida diaria durante 6-9 meses; rifampicina diaria más isoniazida durante 3 meses y, rifampicina más isoniazida, 2 veces por semana durante 3 meses.

Los regímenes con rifampicina tienen mayores tasas de toxicidad  farmacológica que los que no incluyen dicho fármaco. La dificultad para diagnosticar la TBC activa en los pacientes coinfectados con VIH es responsable, en parte, de la baja prescripción de isoniazida preventiva en la práctica clínica.

Solo los pacientes con una prueba cutánea de tuberculina positiva  que están recibiendo tratamiento preventivo con isoniazida han disminuido las tasas de TBC activa y de muerte; la protección contra la TBC disminuye a los pocos meses de haber cesado el tratamiento con isoniazida. Un trabajo reciente realizado en Botswana mostró que 36 meses con isoniazida preventiva, comparado con los cursos terapéuticos de 6 meses, redujo la TBC subsecuente en un 43%. Sin embargo, la adherencia a este régimen fue escasa. También se investigó un régimen diario de rifapentina más isoniazida durante 1 mes.

Tratamiento de la enfermedad activa sensible a los medicamentos
El tratamiento efectivo de la TBC requiere el diagnóstico confirmado y precoz, la búsqueda de la resistencia farmacológica y del VIH, la administración de regímenes efectivos supervisados y el apoyo para la adherencia de los pacientes, a través de cursos sobre el tratamiento.

El tratamiento estándar actual de 4 fármacos de primera línea (isoniazida, rifampicina, pirazinamida y etambutol) logra tasas de curación del 95% en trabajos de investigación y del 90% en los programas de tratamiento supervisado. El tratamiento requiere un mínimo de 6 meses en 2 fases: 2 meses con los 4 fármacos (fase intensiva) y 4 meses con isoniazida y rifampicina.

Los factores de riesgo de recaída son la cavitación, la diseminación de la enfermedad, la inmunosupresión y la persistencia a las 8 semanas de la positividad del cultivo de esputo. Si cualquiera de estos factores de riesgo está presente, el tratamiento puede extenderse hasta 9 meses.

Los problemas con la terapia actual son la calidad de los fármacos, la necesidad de la administración del medicamento bajo observación directa y otros apoyos para el paciente, las interrupciones del tratamiento y los cambios de medicamentos debido a los efectos colaterales o tóxicos, interacciones farmacológicas (particularmente con la terapia antirretroviral en los pacientes coinfectados con el VIH), y los problemas de adherencia, propios de los tratamientos prolongados. Varios estudios aun no finalizados están agregando o sustituyendo por fluoroquinolonas, o probando dosis más elevadas, con el objetivo de acortar la duración del tratamiento estándar a 4 meses.

Tuberculosis y coinfección con el VIH
La TBC favorece la replicación del VIH y acelera la progresión de la infección por VIH, asociándose a mayor mortalidad. La iniciación precoz de la terapia antirretroviral reduce la mortalidad; en el grupo de pacientes con TBC que no reciben antirretrovirales, aquellos que tienen un recuento muy bajo de célulasCD4 tienen un riesgo mayor de muerte a corto plazo.

La OMS recomienda iniciar la terapia antirretroviral dentro de las 8 primeras semanas que siguen al comienzo del tratamiento antituberculoso, y que los pacientes con un recuento de células CD4 <50/mm3 reciban tratamiento antirretroviral en las 2 primeras semanas. Una excepción son los pacientes con meningitis tuberculosa en quienes el inicio precoz del tratamiento antirretroviral no mejoró los resultados y quedan en mayor riesgo de efectos adversos.

El síndrome inflamatorio de reconstitución inmunológica (SIRI) ocurre en casi en el 10% de los pacientes infectados con el VIH y que durante el tratamiento antituberculoso comienzan con terapia antiretroviral. Los casos de SIRI incluyen casos nuevos de TBC activa detectada después del comienzo del tratamiento antirretroviral (denominado SIRI enmascarado); empeora durante el tratamiento antituberculoso, luego de la iniciación del tratamiento antirretroviral (SIRI paradójico).

Las manifestaciones más comunes del SIRI son la aparición de síntomas respiratorios nuevos o el empeoramiento de los ya existentes como así el aumento de las linfadenopatías. El SIRI más común en los pacientes con bajo nivel de células CD4+ y en aquellos en quienes la terapia antirretroviral fue iniciada tempranamente durante el curso del tratamiento antituberculoso.

En los pacientes con células CD4+ <50/mm3 y en los que comenzaron el tratamiento antirretroviral dentro de las 4 semanas de haber iniciado el tratamiento antituberculoso, la tasa de SIRI es casi del 50¨%. Para el tratamiento antirretroviral de los pacientes con TBC activa se prefieren los regímenes con inhibidores de la transcriptasa reversa no nucleótidos y el efavirenzs, el fármaco de primera elección.

La rifampicina reduce significativamente las concentraciones séricas de los inhibidores de la proteasa. Para evitar esta reducción se están haciendo estudios para sustituir la rifabutina por rifampicina y aumentar las dosis de los inhibidores reforzados de la proteasa. Los pacientes con TBC asociada al VIH también deben recibir trimetoprima–sulfametoxazol.

En 2 trabajos clínicos—Prevention of Early Mortality by Presumptive Tuberculosis Treatment (PROMPT) y Reducing Early Mortality and Morbidity by Empiric Tuberculosis Treatment (REMEMBER)—los investigadores evaluaron el tratamiento antituberculoso empírico precoz, con el objetivo de reducir la tasa de mortalidad en los pacientes que viven en países con TBC endémica y que tienen <50/mm3 de células CD4+ pero sin TBC probable o confirmada.

Tuberculosis multirresistente
El tratamiento de la TBC multirresistente está basado en la opinión de expertos y requiere la creación de regímenes combinados, elegidos de 5 grupos jerárquicos de fármacos de primera y segunda línea. Este tratamiento se asocia con un riesgo elevado de intolerancia y efectos tóxicos graves.

Los regímenes pueden elegirse con un criterio empírico o estandarizado y luego cambiarse a un tratamiento personalizado, basado en el antibiograma. Sin embargo, los antibiogramas no están ampliamente disponibles en las regiones en las cuales la TBC es endémica, en particular para los medicamentos de segunda línea.

Para el tratamiento de la TBC multirresistente, la OMS recomienda que la fase intensiva del tratamiento sea de al menos 8 meses. Para administrar un régimen que tenga al menos 4 fármacos de segunda línea con cierta seguridad de efectividad se debe agregar sistemáticamente una fluoroquinolona y un agente inyectable, además de la pirazinamida. En los pacientes que previamente no han recibido tratamiento de la TBC multirresistente, esta terapia debe administrarse al menos durante 20 meses.

Un estudio de observación mostró que en una población que antes no había estado expuesta a ningún medicamento de segunda línea, un régimen más corto, de 9 a 12 meses (denominado régimen de Bangladesh), tuvo una eficacia aceptable, con menos efectos adversos. Este régimen ha sido ampliamente evaluado en el estudio Standardized Treatment Regimen of Antituberculosis Drugs for Patients with Multidrug-Resistant Tuberculosis (STREAM). Debido a que la mayoría de los medicamentos recomendados tiene efectos secundarios graves, que hacen particularmente difícil del tratamiento, siempre es aconsejable consultar con un especialista en tratamiento farmacológico.

En los países con TBC endémica, la TBC ampliamente resistente es en extremo difícil de diagnosticar y tratar. Entre las personas infectadas con el VIH, las tasas de mortalidad alcanzan al 98%. Los primeros estudios sobre varios medicamentos nuevos con actividad contra la TBC multirresistente y la TBC ampliamente resistente muestran resultados prometedores y siguen en vías de investigación.

Medicamentos nuevos
 
Se han investigado 5 clases de medicamentos nuevos, de las cuales, 2 clases (nitroimidazoles y oxazolidinonas) y 2 fármacos (bedaquilina y SQ-109) tienen mecanismos de acción nuevos para la TBC. Los estudios en fase 2 de bedaquilina o delamanida agregadas al resto del tratamiento de la TBC multirresistente han mostrado que a las 8 semanas de tratamiento se produjo un aumento importante de la tasa de conversión de los cultivos de esputo.

Ya se han iniciado estudios en fase 3 de cada fármaco, y cada fabricante ha conseguido rápidamente las licencias para su comercialización. La Food and Drug Administration ha aprobado aceleradamente el uso de la bedaquilina para la TBC multirresistente.

Están en planeamiento o ejecución varios estudios de fármacos combinados, aunque estos trabajos se enfrentan  a barreras como las interacciones farmacocinéticas, la dependencia de los resultados clínicos en lugar del uso de los puntos finales sustituidos y, el incentivo financiero relativamente bajo para que las compañías farmacéuticas lleven a cabo tales ensayos.

La evaluación eficiente de las combinaciones de fármacos nuevos requiere una estrecha cooperación entre la industria farmacéutica y los patrocinantes sin fines de lucro de los estudios clínicos. La combinación de 3 fármacos, moxifloxacina, pyrazinamida y PA-824, tiene una actividad bactericida a los 14 días similar a la del tratamiento estándar con 4 fármacos.  Recientemente se ha comprobado que la lenezolida logra la conversión del cultivo de esputo en los pacientes con TBC ampliamente resistente y ya se están haciendo evaluaciones adicionales.

BCG y vacunas nuevas

En la mayoría de las regiones donde la TBC es endémica, los recién nacidos siguen recibiendo la vacuna de Calmette–Guérin (BCG) con bacilo M. bovis,  Según un metaanálisis de estudios clínicos controlados, para la prevención de la TBC, la vacuna tiene una eficacia general estimada de aproximadamente 50%.

Debido a que en los inmunosuprimidos la vacuna BCG puede causar una infección diseminada fatal, no se debe vacunar a los recién nacidos infectados con el VIH. Aunque en EE. UU. esta vacuna nunca ha sido aplicada en forma sistemática, su uso es cada vez más frecuente en los adultos con test cutáneo de tuberculina negativo que están por viajar a zonas con una elevada prevalencia de TBC multirrresistente. En la actualidad se están estudiando otras opciones de inmunización.

Conclusiones

La TBC sigue siendo una causa importante de muerte en todo el mundo. El surgimiento y a propagación de la resistencia a los medicamentos y la interacción sinérgica con la epidemia de VIH plantean retos difíciles y amenazas a los esfuerzos mundiales por controlar la enfermedad.

Los diagnósticos moleculares nuevos permiten el diagnóstico preciso y precoz de la posible TBC activa. Se requieren  laboratorios con experiencia y recursos para hacer estas pruebas y que estén disponibles en todo el mundo en desarrollo. Los medicamentos antituberculosos más nuevos prometen regímenes terapéuticos más cortos con fármacos sensibles y eficaces para el tratamiento de la enfermedad resistente a los medicamentos y la infección latente.

Las nuevas vacunas contra la TBC que ya están en ensayos clínicos avanzados ofrecen una esperanza para el control futuro de la TBC. Aunque estos avances científicos son prometedores, la crisis económica mundial sigue dificultando el control de la TBV.

♦ Traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti

Asma, patogenia y nuevos tratamientos

 Autor/a: Olin JT, Wechsler ME. Asthma: pathogenesis and novel drugs for treatment

Resumen

De los más de 300 millones de personas con asma en todo el mundo, el 10-15% sufre asma grave, resistente a los medicamentos actuales. Por este motivo son necesarios nuevos fármacos. Los adelantos de los últimos 10 años permitieron la creación de tratamientos con pequeñas moléculas y de agentes biológicos que pueden mejorar el tratamiento del asma en el futuro.

Varias clases nuevas de fármacos, entre ellos los β agonistas de acción ultraprolongada y los moduladores de las vías de la interleucina 4 (IL-4), IL-5, IL-13 e IL-17, se evaluaron en estudios aleatorizados controlados. Otras, entre otros los antagonistas del receptor 2 de la quimiocina CXC, los agonistas del receptor 9 tipo Toll y los inihibidores de la tirosinacinasa, están en investigación. Aún no hay evidencia suficiente para recomendar estos agentes.


Introducción

El asma afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo. Es una enfermedad heterogénea caracterizada por varios grados de broncoespasmo, hiperreactividad de las vías aéreas, secreción de mucus e inflamación crónica.

Si bien la muerte por asma se redujo con el empleo de glucocorticoides inhalados, el impacto global del asma sigue siendo alto y su frecuencia parece estar en aumento. Son necesario nuevos fármacos para el asma que resuelvan las limitaciones de los medicamentos actuales.

Epidemiología

El 11,6% de los niños entre 6 y 7 años en todo el mundo sufren síntomas de asma. Ciertos grupos específicos de la población tienen tasas más altas de asma, por ejemplo los que habitan en zonas urbanas y los de bajos ingresos.

Los motivos del aumento de la frecuencia del asma no se conocen claramente, pero entre las hipótesis aceptables se señalan las mayores tasas de atopía en los países occidentales y la mayor exposición a ciertas partículas. Además, debido al aumento del tabaquismo y de la obesidad, el asma es más frecuente entre los niños con padres fumadores y la obesidad se asocia con el asma en mujeres adultas.

Impacto social

Unas 250.000 personas por año mueren en el mundo debido al asma.

Tanto el ausentismo laboral como el escolar son mayores en las personas con asma.

Poblaciones específicas de pacientes tienen mayores tasas de morbimortalidad. Las tasas de mortalidad por asma son un 30% más altas en las mujeres que en los hombres y siete veces mayores en adultos > 65 años que en niños.

Fenotipos, endotipos y características inflamatorias representativas del asma

Investigaciones de las últimas dos décadas buscaron definir subtipos de asma. a fin de disminuir el impacto de ésta mediante el tratamiento de grupos específicos de pacientes, Si bien se puede subdividir a los pacientes según las variables clínicas, radiológicas y patológicas, numerosos estudios sugieren que los adultos estarían incluidos dentro de uno de los siguientes cinco grupos:

Grupo 1: asma grave con enfermedad alérgica de comienzo precoz, con predominio de linfocitos T helper tipo 2 (TH2). Este grupo tiene valores altos en las vías aéreas de eosinófilos, mastocitos, IgE y óxido nítrico exhalado (FeNO).

Grupo 2: inicio en la edad adulta con marcada eosinofilia en ausencia de otra enfermedad alérgica importante. Las vías del TH2 son importantes con notable presencia de interleucinas (IL), tales como IL-4, IL-5, e IL-13 en sangre.

Grupo 3: los síntomas son inducidos principalmente por el ejercicio. Los mastocitos tienen fuerte participación.

Grupo 4: muestra mínima presencia de TH2, pero obesidad notable.

Grupo 5: muestra mínima respuesta de TH2 y marcada neutrofilia en el esputo con respuesta de células TH17.

Hasta el presente, estos distintos fenotipos no generaron estrategias terapéuticas diferentes, pero a medida que surjan nuevos tratamientos y se creen agentes biológicos específicos, cabe esperar que la posibilidad de definir los subtipos según sus mecanismos moleculares predominantes o su respuesta terapéutica (endotipos) logre enfoques sobre blancos más específicos.


Patogenia

La patogenia del asma es compleja y varía según los endotipos clínicos. Las interacciones complejas entre los factores genéticos, epigenéticos y ambientales predisponen al paciente a desarrollar un número limitado de esquemas inmunitarios disfuncionales, que a su vez dictan la presentación de los endotipos clínicos.

Se considera que el asma es hereditaria en el 60% de los casos. Se identificaron varios genes candidatos que podrían intervenir en la patogenia del asma.

El locus ORMDL3/GSDMD del cromosoma 17q21 se encuentra asociado con asma de inicio infantil. Otros genes, incluidos el IL33 en el cromosoma 9 y el IL2RB del cromosoma 33, también participan.

Los cambios epigenéticos de la metilación del ADN son el medio por el cual las variaciones ambientales pueden producir cambios importantes en la frecuencia de la enfermedad.

Varias exposiciones ambientales se asocian con el asma, como la infección grave por el virus sincicial respiratorio del lactante, que predispone al asma años más tarde con una incidencia del 20%. A la inversa, la exposición a contenidos bacterianos se asocia con bajo riesgo de asma. Los mecanismos de estos fenómenos no están bien dilucidados. En la medida en que se identifiquen nuevos blancos genómicos y se establezcan nuevos tratamientos, la farmacogenómica del asma permitirá desarrollar un abordaje más personalizado.

Respuestas del huésped en la patogenia del asma

Los diferentes endotipos de asma muestran diversos grados de inflamación, hiperreactividad bronquial, producción de mucus y remodelado. Estos cambios patológicos están mediados por diversas células de las vías aéreas y por células que participan de la respuesta inmunitaria. Importantes moléculas de señales expresadas por y dirigidas a estas células constituyen importantes blancos terapéuticos.

Células epiteliales de las vías aéreas. Estas células son la principal barrera contra el estrés mecánico, el estrés oxidativo, los alérgenos, los contaminantes ambientales y los agentes infecciosos. Poseen receptores de reconocimiento, como el receptor tipo Toll R 4 (TLR4) que responde a estímulos infecciosos y alérgicos. Las células epiteliales también expresan diversas citocinas y quimiocinas (IL-25, IL-33, TLSP [thymic stromal lymphopoietin]) y el factor estimulante de colonias de granulocitos-macrófagos. Todos estos elementos, junto con diversos tipos de leucocitos y células dendríticas, conforman los patrones de respuesta inmunitaria a los alérgenos, los contaminantes y los agentes infecciosos.

Células dendríticas. A semejanza de las células epiteliales, las células dendríticas están directamente expuestas al medio ambiente. Actúan como antígenos y expresan una variedad de receptores de reconocimiento en su superficie. También pueden ser reclutadas hacia las vías aéreas en respuesta a los alérgenos y patógenos. Pueden ser estimuladas indirectamente por las células epiteliales a través de diversas citocinas que actúan como mediadores y son capaces de reclutar eosinófilos.

Las células dendríticas afectan la diferenciación de las células T y pueden generar la respuesta de TH2 como ocurre en el asma atópica.

Células T. Tradicionalmente, las TH2 son las que predominan y se asocian con valores aumentados de IL-4, IL-5 e IL-13. Las citosinas IL-4 e IL-13 promueven la inflamación, mediante señales a los eosinófilos y las células B y estimulan el remodelado mediante señales a los fibroblastos, el músculo liso, las células dendríticas y las células epiteliales. Las IL-5 son esenciales para la supervivencia de las células B y la maduración y estimulación de eosinófilos.

Las células TH9 son células T CD4 positivas que segregan IL-9, se observan en pacientes con atopía y promueven respuestas alérgicas.

Las células reguladoras T, se caracterizan por la secreción del factor transformador de crecimiento beta (TGF-beta) y junto con las IL-10 son importantes por su capacidad de bloquear las respuestas atópicas.

Células B. Las células B son importantes en el asma atópica porque producen IgE. La IL-5 y el factor activador de las células B promueven la supervivencia de estas células.

Células linfoides innatas. Estas células son efectoras de leucocitos que son estimulados por IL-25 y por IL-33 y necesitan el factor de transcripción ROR como señal. Tienen la capacidad de diferenciarse en macrófagos y granulocitos mientras producen grandes cantidades de citocinas TH2 y estimulan a los eosinófilos.

Eosinófilos. Estas células derivan de los granulocitos de la médula ósea y su participación en el asma es central. Además de liberar proteínas granulares tóxicas, como proteínas cationes eosinofílicas y neurotoxinas derivadas de los eosinófilos, estas células segregan numerosas citocinas y quimiocinas, que promueven la inflamación a través de la vía TH2 y del daño de las células epiteliales.

Mastocitos. También son importantes en la patogenia del asma. Son estimulados por diversas vías y son una fuente importante de histamina, cisteinil leucotrienos y prostaglandinas que a su vez producen broncoconstricción, vasodilatación y la cascada alérgica inflamatoria.


Remodelado de las vías aéreas

Se trata de una constelación de cambios estructurales que ocurren en el asma, entre ellos lesión epitelial, aumento de espesor de la membrana basal, aumento de volumen del músculo liso de las vías aéreas, metaplasia de las células caliciformes y aumento de la angiogénesis y linfangiogénesis de las vías aéreas.
Lesión del epitelio. Durante el asma se produce lesión del epitelio, que se repara rápidamente iniciando cascadas de señales importantes para el asma en respuesta a varios estímulos. El proceso es mediado en parte por el factor de crecimiento epitelial. La reparación puede ser anormal con disminución de la función de barrera.

Espesor de la membrana basal. Estudios de biopsias mostraron aumento del espesor de la lámina reticular de la membrana basal reticular, que estaría mediado por los miofibroblastos en los pacientes con asma.

Masa del músculo liso de las vías aéreas. El aumento de la masa del musculo liso es un fenómeno reconocido. Este aumento estaría mediado en parte por la liberación de cisteinil leucotrienos de los eosinófilos. Gran parte de los síntomas del asma son consecuencia de la broncoconstricción del músculo liso hipertrofiado que de por sí se constituye en el asma en un órgano secretor promoviendo una respuesta inmunitaria y de mala adaptación. El proceso está mediado por numerosas citocinas.

Metaplasia de las células caliciformes. Constituye un cambio estructural importante en el asma y se observa principalmente en los modelos de asma derivados de TH2. El proceso depende del factor de crecimiento epidérmico y de IL-13 y es inhibido por IFN gamma.


Tratamientos actuales

Si bien es esencial evitar los alérgenos y las comorbilidades como el humo del cigarrillo y la obesidad, la piedra angular del tratamiento son los fármacos.

Los beta agonistas de acción corta actúan sobre la broncoconstricción independientemente del factor desencadenante que la produjo. En la mayoría de los pacientes con asma los corticoides inhalados son muy eficaces

El empleo de corticoides inhalados (beclometasona, budesonida, ciclesonida, fluocinolida, fluticasona y mometasona) puede mejorar los síntomas de asma, la calidad de vida, los parámetros de funcionalidad de las vías aéreas, la hiperreactividad y la frecuencia y la gravedad de las exacerbaciones.

Los agonistas beta de acción prolongada (formoterol y salmeterol) son eficaces cuando se emplean en combinación con corticoides inhalados en pacientes con síntomas o exacerbaciones. Los antagonistas de los leucotrienos (montelukast), también son eficaces solos o combinados con otro fármaco, especialmente en pacientes con fuerte componente alérgico o síntomas con el ejercicio. Los antagonistas muscarínicos de acción prolongada (tiotropio y aclidinio) producen broncodilatación y tienen eficacia modesta como tratamiento complementario de los corticoides inhalados y los beta agonistas de acción prolongada.

El omalizumab, un anticuerpo monoclonal dirigido contra la IgE, está recomendado actualmente por el National Heart, Lung, and Blood Institute de los EEUU, pero su alto costo limita su empleo.

La termoplastia bronquial es un procedimiento endoscópico disponible en centros especializados que emplean energía térmica para seccionar el músculo liso bronquial. Estudios recientes mostraron su eficacia en la reducción de la frecuencia de las exacerbaciones.

Fundamentos para la creación de nuevos medicamentos para el asma

Los fármacos disponibles en la actualidad ayudaron a millones de pacientes, para la supresión de los síntomas así como de las exacerbaciones del asma. Sin embargo, hay varios motivos para buscar nuevos tratamientos. La frecuencia del asma está en aumento. Hasta ahora no hay ninguna estrategia preventiva eficaz ni ninguna cura para el asma. Los efectos de los corticoides inhalados desaparecen rápidamente cuando se los suspende. Además, los tratamientos actuales no revierten ni enlentecen la mayoría de los cambios de remodelado que se producen en diversos tipos de células de las vías aéreas.

Los síntomas del asma continúan en alrededor del 10% de los pacientes que cumplen con sus prescripciones médicas.

Otros motivos para la creación de nuevos fármacos se relacionan con la preocupación acerca del cumplimiento terapéutico, la tolerabilidad de los medicamentos actuales y sus efectos colaterales. Los corticoides inhalados son problemáticos debido a sus efectos sobre el crecimiento, la densidad ósea, la función suprarrenal, entre otros. El Salmeterol Multicenter Asthma Research motivó la preocupación acerca del posible riesgo de mortalidad asociado con los β agonistas de acción prolongada (que se deben emplear siempre junto con los corticoides inhalados, preferentemente en un solo dispositivo).

Modificaciones de los tratamientos actuales

Algunos de los nuevos tratamientos tienen el objetivo de mejorar los que ya son exitosos- por ejemplo con mejores sistemas de administración. Los antagonistas de los muscarínicos de larga duración mostraron eficacia en estudios aleatorizados controlados en pacientes con asma que no mejoraban con corticoides inhalados en dosis bajas y en aquéllos que no mejoraban con corticoides inhalados junto con β agonistas de acción prolongada.

Los β agonistas de acción ultra prolongada mantienen la eficacia y su administración es más cómoda. El indacaterol, un β agonista cuya acción dura 24 horas, es seguro y eficaz. El furoato de fluticasona-vilanterol (combinación de corticoide inhalado y β agonista de acción prolongada – fue de eficacia equivalente al propionato de fluticasona-salmeterol en un estudio de fase III. Se están investigando una nueva clase de glucocorticoides, los corticoides disociados, así como también fármacos que evitan o revierten las cusas mecánicas de la resistencia a los glucocorticoides.

Vías susceptibles a futuras intervenciones terapéuticas y compuestos emergentes

Modulación de las citocinas

La utilidad del omalizumab, especialmente para las exacerbaciones, estimuló varias líneas de investigación de agentes biológicos cuyo objetivo son las vías  importantes para la patogenia del asma

IL-5
La producción de IL-5 está aumentada en el asma, tanto en la circulación periférica como en las vías aéreas. Es producida por varias células, tales como TH2, linfocitos citocidas (killer cells), eosinófilos, basófilos y células con antígeno positivo CD34. El receptor de la IL-5 tiene una subunidad singular, así como una subunidad compartida por los receptores de IL-3 y GM-CSF y múltiples vías de señales.
La IL-5 aumenta el crecimiento, la maduración y la migración de los eosinófilos e inhibe la apoptosis de los mismos. También aumenta el desarrollo de los basófilos

La vía de la IL-5 como objetivo
Se efectuaron varios estudios clínicos que manipularon las señales de IL-5 en pacientes con asma. En estudios con pacientes con eosinofilia en el esputo a pesar del empleo de corticoides inhalados o prednisona en altas dosis, el mepolizumab disminuyó significativamente el número de exacerbaciones en relación con el placebo.
El reslizumab, otro anticuerpo monoclonal anti IL-5, mejoró la función de las vías aéreas en pacientes con eosinofilia persistente en el esputo, pero no tuvo efecto significativo sobre los síntomas de asma o las exacerbaciones en relación con el placebo. El benralizumab, un anticuerpo monoclonal contra el receptor α de IL-5 disminuyó los eosinófilos en sangre, esputo y vías aéreas.
Hay algunos estudios en marcha sobre estos anticuerpos

IL-4 e IL-13
Las IL-4 e IL-13 son también centrales en la respuesta alérgica y están aumentadas en las vías aéreas y el esputo de personas con asma. La IL-4 es producida principalmente por las células TH2 y los mastocitos. La IL-13 es producida por diversas células, entre otras las TH2, los mastocitos, los eosinófilos y los basófilos. Estas dos citocinas comparten un mismo receptor, IL-4Rα. La IL-4 promueve el desarrollo de las células TH2 y el cambio de isotipo de las células B, y afecta la producción de quimiocinas por el epitelio de las vías aéreas. La IL-13 promueve el fenotipo alérgico a través de efectos sobre las células hematopoyéticas así como sobre el epitelio de las vías aéreas, el músculo liso, los fibroblastos y el endotelio.

Las vías de las IL-4 e IL-13 como objetivos
Varios compuestos en diversas fases de desarrollo tienen como objetivo modular las respuestas de IL-4 e IL-13.
La IL-4R nebulizada fue segura y eficaz (para los síntomas y la función de las vías aéreas) en relación con el placebo en un estudio aleatorizado , controlado (EAC) en pacientes con retiro paulatino de los corticoides. Otro EAC halló que el dupilumab, un anticuerpo monoclonal que inhibe a IL-4Rα, fue superior al placebo para prevenir las exacerbaciones del asma cuando se retiran los β agonistas de acción prolongada y los corticoides inhalados en pacientes con eosinofilia en sangre o esputos a pesar de estos dos tratamientos. El lebrikizumab, un anticuerpo monoclonal contra IL-13, fue superior al placebo con respecto a la función de las vías aéreas en pacientes con asma que no respondía a pesar del empleo de corticoides inhalados.

IL-17
La IL-17, una citocina producida por las células TH17, tiene una función importante en las respuestas inmunológicas que se observan en el asma: Los valores de IL-17 están aumentados en sangre, esputo y células de las vías aéreas de pacientes con asma. La activación de los múltiples receptores de IL-17 conduce a la secreción de varios mediadores inflamatorios, como IL-1β, IL-6, TNF-α y GM-CSF.

La vía de IL-17 como objetivo
El brodalumab es un anticuerpo monoclonal humano que se une al IL-17Rα, e inhibe las señales de varios miembros de la familia IL-17, entre ellos IL-25. Se investigó la acción de tres dosis de brodalumab en relación con el placebo en un estudio de fase IIa de adultos con asma de moderada a grave. Se demostró seguridad, pero no eficacia.

Tratamientos del asma en el futuro

Varias clases nuevas de fármacos se hallan en desarrollo.

Un antagonista del oligonucleótido antisentido CCR3(coadministrado con un oligonucleótido antisentido dirigido a la subunidad β c de los receptores de IL-3, IL-5 y GM-CSF) mostró cierta eficacia en estudios de fase II, al disminuir los eosinófilos del esputo en respuesta al desafío con alérgenos.

Los antagonistas del receptor 2 de la quimiocina CXC, que pueden ayudar a tratar la enfermedad neutrofílica al disminuir la actividad de IL-8, mostraron alguna promesa en estudios iniciales en seres humanos al disminuir la neutrofilia en el esputo en un modelo de desafío con ozono.

El agonista QbG10 del receptor 9 tipo Toll 9 mostró eficacia con respecto a los síntomas y la función de las vías aéreas en el contexto del retiro de los corticoides inhalados. Los inhibidores de la tirosinacinasa, que pueden afectar las vías aéreas y la remodelación, se están estudiando en modelos en animales y en estudios clínicos. La evaluación de la seguridad de estos nuevos tratamientos necesitará estudios más grandes de pacientes que reciban medicación durante tiempo prolongado.

Consideraciones pediátricas

De los estudios mencionados, sólo el DREAM incorporó adolescentes. Aunque hay información limitada sobre la seguridad en la población pediátrica, proveniente de los estudios de mepolizumab y reslizumab en otras enfermedades, las conclusiones sobre estos fármacos se deben extrapolar con cautela a grupos de menor edad.

Recomendaciones

Debido a que entre los agentes biológicos sólo está autorizado el omalizumab, no hay recomendaciones de consensos de las grandes sociedades respiratorias. Dada la heterogeneidad del asma, la elección de los pacientes más apropiados para demostrar la eficacia de los fármacos más nuevos en estudios clínicos sigue siendo un desafío importante. En el futuro cercano, el empleo de los agentes biológicos más nuevos probablemente estará limitado a pacientes con asma grave que sufren exacerbaciones frecuentes y tienen un fenotipo claramente definido.

Futuras investigaciones

Los agentes mencionados han mostrado que pueden ser beneficiosos. Su seguridad sigue preocupando en los pacientes que deberán emplear estos agentes inmunomodulatorios durante un tiempo probablemente prolongado, porque los mismos podrían afectar la frecuencia de las infecciones, los fenómenos autoinmunes y los procesos oncológicos. No es evidente si estos agentes tendrán efecto sobre los síntomas, la función pulmonar o la frecuencia o la gravedad de las exacerbaciones en poblaciones más grandes. Además, ciertas poblaciones, especialmente aquéllas con falta de eosinofilia y disminución de la respuesta a los corticoides, exigen atención extra.

Estrategias emergentes para un mejor tratamiento del asma: factores pronósticos de respuesta

A medida que surgen nuevos fármacos para el asma, será esencial identificar biomarcadores de respuesta en los pacientes para orientar las características de los estudios clínicos y el tratamiento a futuro de ciertos subgrupos, especialmente en relación con la próxima generación de inhibidores de la respuesta inflamatoria de TH 2.

Varios biomarcadores están en investigación como factores pronósticos de respuesta al tratamiento. El FeNO, que se asocia con varios marcadores de atopía, se puede emplear para pronosticar la respuesta al omalizumab y a los corticoides inhalados. La evaluación de los eosinófilos en sangre y esputo puede identificar a los posibles respondedores a tratamietnos anti-IL-5 y anti-IL-4 (con respecto a las exacerbaciones). La periostina plasmática parece identificar a aquellos pacientes que responderán al lebrikizumab (con respecto a la función de las vías aéreas). Mediciones de la expresión de un gen en el esputo pueden identificar los subtipos de asma caracterizados como TH2 alto y TH2 bajo, aunque esta clasificación no permite pronosticar la respuesta terapéutica.

La farmacogenética también puede ayudar a identificar posibles respondedores, como se mostró en estudios de fase III de la pitrakinra, antagonista de IL-4 e IL-13 y en varios estudios de polimorfismos del receptor β2 y respuesta a los agonistas β.

Por último, la metabolómica, el estudio de pequeñas moléculas generadas por la actividad metabólica de las células, puede contribuir a distinguir los endotipos del asma al procesar grandes conjuntos de datos en lugar de un solo marcador. Actualmente, el FeNO y la eosinofilia en sangre y esputos son los principales biomarcadores pronósticos en uso. Los demás son herramientas de investigación.

Conclusiones

A pesar de los notables beneficios de los corticoides inhalados, los β agonistas de acción prolongada y los modificadores del leukotrieno, la carga del asma, especialmente el asma grave, sigue siendo importante. Se identificaron varias vías biológicas en los últimos 20 años que pueden conducir a tratamientos eficaces para el asma en el futuro cercano. Varias clases nuevas de agentes están en desarrollo. Las principales dificultades para avanzar en el tratamiento del asma son la creación de estudios que puedan detectar cambios clínicos significativos en pacientes que ya están recibiendo múltiples fármacos eficaces y la identificación de factores pronósticos de respuesta a la medicación.

domingo, 28 de julio de 2024

Abscesos Pulmonares

 Etiología de los abscesos pulmonares

  • Aspiración de secreciones bucales (más frecuente)

  • Obstrucción endobronquial

  • Siembra hematógena de los pulmones (menos frecuente)

La mayoría de los abscesos pulmonares aparecen después de la aspiración de secreciones bucales en pacientes con gingivitis o mala higiene bucal. En general, los pacientes tienen alteraciones de la consciencia como consecuencia de la intoxicación por alcohol, drogas recreativas, anestesia, sedantes u opiáceos. También están en riesgo los pacientes de edad avanzada y aquellos que no pueden manejar sus secreciones bucales, a menudo debido a una enfermedad neurológica.

Los abscesos pulmonares también pueden desarrollarse como resultado de la obstrucción endobronquial (p. ej., debido a un carcinoma bronquial) o la inmunosupresión (p. ej., debido al HIV/sida o después del trasplante y el uso de fármacos inmunosupresores).

Una causa menos común de absceso pulmonar es la neumonía necrosante que puede desarrollarse a partir de la siembra hematógena de los pulmones debido a una tromboembolia supurativa (p. ej., embolia séptica debido al uso de fármacos intravenosos o síndrome de Lemierre) o endocarditis del lado derecho. A diferencia de la aspiración y la obstrucción, estas enfermedades suelen manifestarse en forma aguda y causan abscesos pulmonares múltiples en lugar de aislados.

La infección directa (p. ej., desde un empiema, u absceso subfrénico o mediastínico) en lugar de la siembra hematógena es posible para ciertas bacterias piógenas (p. ej., Staphylococcus aureus).

Patógenos

Los patógenos más comunes de los abscesos pulmonares debidos a la aspiración son las bacterias anaerobias, pero cerca de la mitad de los casos implica a microorganismos aerobios y anaerobios (véase tabla Causas infecciosas de lesiones cavitarias del pulmón).

Los patógenos anaerobios más frecuentes son

  • Peptostreptococcus

  • Fusobacterium

  • Prevotella

  • Bacteroides

Los patógenos aerobios más frecuentes son

En ocasiones, los casos se deben a bacterias gramnegativas, sobre todo Klebsiella. Los pacientes inmunocomprometidos con absceso pulmonar mayormente están infectados por Pseudomonas aeruginosa u otros bacilos gramnegativos, pero también pueden tener una infección por Nocardia, especies de Mycobacterias u hongos.

Raros casos de gangrena pulmonar (necrosis extensa que compromete un lóbulo o un pulmón) o neumonía fulminante con sepsis han sido informados por patógenos como SARM, Pneumococcus, y Klebsiella. Algunos pacientes están en riesgo de abscesos por Mycobacterium tuberculosis, y algunos casos se deben a una infección amebiana (p. ej., Entamoeba histolytica), quistes hidatídicos, paragonimiasis o infección por Burkholderia pseudomallei.

La introducción de estos patógenos en los pulmones primero causa inflamación, lo que, en el transcurso de una o dos semanas, conduce a la necrosis de los tejidos y, a continuación, a la formación de absceso. Éste suele romperse en un bronquio, su contenido es expectorado y deja una cavidad llena de líquido y aire. En cerca del 10% de los casos, se produce la extensión directa o indirecta (a través de la fístula broncopleural) en la cavidad pleural que puede producir un empiema.

Síntomas y signos de absceso pulmonar

Los síntomas de los abscesos por bacterias anaerobias o bacterias aerobias y anaerobias mixtas suelen ser crónicos (p. ej., presentes durante semanas o meses) e incluyen tos productiva, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso. Los pacientes también pueden presentar hemoptisis y dolor torácico pleurítico. El esputo puede ser purulento o con estrías de sangre y, clásicamente, tiene olor y sabor desagradables. Los pacientes pueden tener aliento fétido.

Los síntomas de los abscesos debidos a bacterias aerobias tienen una evolución más aguda y se asemejan a los de la neumonía bacteriana. Los abscesos debidos a microorganismos distintos de los anaerobios (p. ej., MycobacteriasNocardia) no tienen secreciones respiratorias pútridas y es más probable que se produzcan en las regiones no declive del pulmón.

Los signos del absceso pulmonar, cuando están presentes, son inespecíficos y se parecen a los de la neumonía: disminución de los ruidos respiratorios que indican consolidación o derrame, temperatura  38° C, crepitantes sobre la zona afectada, egofonía y matidez a la percusión en presencia de derrame. Los pacientes suelen tener signos de enfermedad periodontal y antecedente de una causa predisponente de aspiración, como disfagia o alguna enfermedad que causa problemas de la consciencia.

Diagnóstico de absceso pulmonar

  • Radiografía de tórax

  • A menudo, TC de tórax para una mejor visualización o si se sospecha una obstrucción endobronquial

  • Cultivos de esputo para bacterias aerobias, hongos y micobacterias

  • Broncoscopia según sea necesario para excluir el cáncer, detectar patógenos inusuales, tales como hongos o micobacterias, y en pacientes inmunodeprimidos

  • Cultivo de cualquier líquido pleural

El absceso pulmonar se sospecha sobre la base de los antecedentes en un paciente con riesgo elevado (p. ej., mayor predisposición a la aspiración debido a alteración de la consciencia, disfagia o inmunodeficiencia) y se confirma con una radiografía de tórax que muestra cavitación.

Las lesiones pulmonares cavitarias no siempre son causadas por una infección. Las causas no infecciosas de las lesiones pulmonares cavitarias incluyen las siguientes:

En una infección anaerobia por aspiración, la radiografía de tórax muestra clásicamente consolidación con una única cavidad que contiene un nivel hidroaéreo en las porciones del pulmón que estarían en declive cuando el paciente está recostado (p. ej., los segmentos posteriores de los lóbulos superiores) o los segmentos basales superiores o laterales de los lóbulos inferiores. Este patrón ayuda a distinguir el absceso por anaerobios de otras causas de enfermedad pulmonar cavitaria, porque la enfermedad pulmonar difusa o embólica a menudo causa cavitaciones múltiples y la tuberculosis afecta los vértices.

La TC no se necesita de forma rutinaria (p. ej., si la cavitación es clara en la radiografía de tórax en un paciente que tiene factores de riesgo para absceso pulmonar). Sin embargo, la TC puede ser útil cuando se sugiere la cavitación, pero no se ve claramente en la radiografía de tórax, cuando se sospecha una masa pulmonar subyacente que obstruye el drenaje de un segmento de pulmón, o cuando el absceso debe ser diferenciado de empiema o bulla con nivel hidroaéreo.

El carcinoma bronquial puede producir una obstrucción que causa neumonía y formación de absceso. El carcinoma bronquial debe sospecharse en pacientes que no responden al tratamiento antimicrobiano o que tienen resultados atípicos, tales como una lesión cavitaria y sin fiebre. La broncoscopia a veces se realiza para descartar el cáncer o la presencia de un cuerpo extraño o para detectar patógenos inusuales, como hongos o micobacterias. La broncoscopia se realiza si los pacientes están inmunocomprometidos.

Cultivos

Rara vez se identifican bacterias anaerobias en los cultivos porque resulta difícil obtener muestras no contaminadas y porque la mayoría de los laboratorios no realizan bien y con frecuencia los cultivos para anaerobios. Si el esputo es pútrido, se supone que la causa es la infección anaerobia. Sin embargo, si hay empiema, el líquido pleural representa una buena muestra para el cultivo de microorganismos anaerobios.

Cuando los hallazgos clínicos indican que la infección anaerobia es menos probable, debe sospecharse una infección por microorganismos aerobios, hongo o micobacterias, y debe tratarse de identificar el patógeno. Son útiles los cultivos de muestras de esputo o de aspirado broncoscópico.

Tratamiento de los abscesos pulmonares

  • Antibióticos IV o, en el caso de pacientes menos afectados, antibióticos orales

  • Drenaje percutáneo, endobronquial o quirúrgico de cualquier absceso que no responda a los antibióticos o de cualquier tipo de empiema

La elección primaria es una combinación de un beta-lactámico con un inhibidor de beta-lactamasa, por ejemplo, ampicilina/sulbactam en dosis de 1,5 g (1 g de ampicilina más 0,5 g de sulbactam) a 3 g (2 g de ampicilina más 1 g de sulbactam) IV o IM cada 6 horas; la dosis no debe exceder los 12 g por día. Alternativas incluyen un carbapenem (p. ej., imipenem/cilastatina 500 mg IV cada 6 horas) o terapia combinada con metronidazol 500 mg cada 8 horas, más penicilina 2 millones de unidades IV cada 6 horas. En los pacientes alérgicos a la penicilina, se consideran opcines alternativas la clindamicina en dosis de 600 mg IV cada 8 horas, la moxifloxacina en dosis de 400 mg 1 vez al día o terapia combinada con levofloxacina en dosis de 750 mg 1 vez al día con metronidazol en dosis de 500 mg cada 8 horas.

Los pacientes menos graves pueden recibir antibióticos por vía oral como amoxicilina/ácido clavulánico, en dosis de 1 g (875/125 mg) por vía oral cada 12 horas o, en pacientes alérgicos a la penicilina, clindamicina en dosis de 300 mg por vía oral cada 6 horas. Los regímenes IV se pueden pasar a vía oral cuando el paciente mejora.

Para las infecciones muy graves con MSRA, el mejor tratamiento es linezolida o vancomicina.

Si se cultivan bacilos gramnegativos en concentraciones significativas de esputo o sangre y se identifican en la tinción de Gram, el régimen antibiótico debe modificarse para cubrir el patógeno específico además de los anaerobios.

La clindamicina en dosis de 600 mg IV cada 6 a 8 horas es el fármaco de elección porque tiene una excelente actividad contra estreptococos y microorganismos anaerobios; sin embargo, se ha convertido en un medicamento de segunda línea debido a la preocupación por la tasa elevada de infección por Clostridioides (antes Clostridiumdifficile si la terapia con clindamicina se prolonga. Sigue siendo una opción útil en pacientes alérgicos a la penicilina.

No se sabe cuál es la duración óptima del tratamiento, si bien es habitual tratar hasta que la radiografía de tórax muestre la resolución completa o una pequeña cicatriz estable, residual, lo que suele tardar 3 a 6 semanas o más. En general, cuanto más grande es el absceso, más tiempo tarda para que se observe resolución en las radiografías.

La mayoría de los expertos no recomiendan la fisioterapia torácica y el drenaje postural, debido al potencial paso de la infección en otros bronquios con extensión de la infección u obstrucción aguda.

Debe drenarse el empiema acompañante. La extirpación quirúrgica o el drenaje de los abscesos pulmonares es necesario en alrededor del 10% de los pacientes en quienes las lesiones no responden a los antibióticos y aquellos que desarrollan gangrena pulmonar. La resistencia a la antibioticoterapia es más frecuente en las cavidades grandes y con abscesos posobstructivos. Si no desaparece la fiebre o los pacientes no mejoran clínicamente después de 7 a 10 días, deben ser evaluados para patógenos resistentes o inusuales, obstrucción de las vías respiratorias y causas no infecciosas de la cavitación.

Cuando la cirugía es necesaria, la lobectomía es el procedimiento más frecuente; la resección segmentaria puede ser suficiente para las lesiones pequeñas (cavidad < 6 cm de diámetro). La neumonectomía puede ser necesaria en el caso de abscesos múltiples que no responden a la farmacoterapia o de gangrena pulmonar. En los pacientes que puedan tener dificultad para tolerar la cirugía, el drenaje percutáneo o, raramente, la colocación broncoscópica bajo guía ecográfica de un catéter doble J puede ayudar a facilitar el drenaje. .

Conceptos clave

  • Los abscesos pulmonares son causados mayormente por la aspiración de secreciones bucales en pacientes que tienen alteraciones de la consciencia; por lo tanto, las bacterias anaerobias se encuentran entre los patógenos frecuentes.

  • Sospechar absceso pulmonar en pacientes propensos a la aspiración, que tienen síntomas constitucionales y pulmonares subagudos, y cuya radiografía de tórax muestra lesiones compatibles como cavidades.

  • Tratar inicialmente con antibióticos; si los pacientes no responden dentro de 7 a 10 días, evaluarlos para patógenos inusuales o resistentes, lesiones obstructivas bronquiales y causas no infecciosas de cavitación pulmonar.

  • Drenar empiemas y considerar la extirpación quirúrgica o drenaje de abscesos pulmonares que no respondan a la fármacoterapia y para la gangrena pulmonar.